El Enigma del 29 de septiembre: ¿Por qué se Dice que se Abren las Puertas del Infierno?
En la tradición popular, el 29 de septiembre ha sido asociado con un fenómeno único: la apertura simbólica de las puertas del infierno. Aunque San Miguel Arcángel es venerado en este día, se entrelaza con mitos que involucran al diablo y a las flores de pericón, también conocidas como yerbaniz. Vamos a explorar la fascinante conexión entre estos elementos y entender por qué capturan la atención durante el 28 y 29 de septiembre.
San Miguel Arcángel: Guerrero Espiritual y Protector Celestial
San Miguel, uno de los siete arcángeles reconocidos, destaca como un guerrero espiritual en diversas religiones, incluyendo la judía, cristiana y católica. Es venerado como el líder de los ejércitos divinos. Las representaciones visuales lo muestran como un arcángel ataviado con armadura, empuñando una espada para amenazar al demonio. La creencia popular sostiene que él es el guardián que detiene las fuerzas malignas de Lucifer o Satanás.
El 29 de septiembre, celebrado como el Día de San Miguel Arcángel, se asocia con la idea de que este protector celestial toma un día de descanso. Esta creencia alimenta la noción de que, durante esta pausa celestial, el diablo aprovecha para salir del infierno y sembrar el caos, contribuyendo así a posibles accidentes o situaciones desafortunadas.
Flores de Pericón: Escudo Contra el Mal en el Día de San Miguel
En las noches del 28 de septiembre, es común encontrar cruces hechas con flores de pericón en casas, negocios y campos, especialmente en zonas rurales. Estas cruces se colocan como un escudo simbólico de protección contra las supuestas artimañas del diablo. La tradición de utilizar flores de pericón como defensa tiene sus raíces en la creencia de que, al salir San Miguel Arcángel de servicio, es necesario resguardarse de las potenciales desgracias que el diablo podría desencadenar.
Esta costumbre, de origen náhuatl, está arraigada en estados del centro y sur del país, y presencia se extiende al norte. La colocación estratégica de estas cruces de flores de pericón refleja la voluntad de las comunidades de salvaguardar sus hogares y lugares de trabajo durante este período simbólico.
El Día de San Miguel Arcángel no solo implica la celebración de un guerrero espiritual, sino que también desencadena prácticas y creencias populares. Por lo tanto, buscan protegerse de las potenciales consecuencias de la ausencia temporal de este protector celestial. Las cruces de flores de pericón, en particular, se erigen como símbolos de resistencia ante las presuntas maquinaciones del diablo durante este día excepcional.
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