El reciente informe del Banco Interamericano del Desarrollo (BID) resalta la inminente amenaza que enfrentan las pensiones en América Latina y el Caribe, advirtiendo que, sin intervenciones significativas, podrían reducirse a la mitad en los próximos años. Este desafío se deriva del envejecimiento de la población, lo que exige cambios fundamentales en las políticas públicas de la región.
Perspectivas de Reducción
La proyección sombría sobre las pensiones indica que, de no tomarse medidas inmediatas, podrían disminuir hasta la mitad de sus niveles actuales. El aumento en las tasas de contribución se presenta como una opción extrema, pero el BID destaca su impacto negativo en la creación de empleo formal.
En el marco de la serie “El futuro del trabajo en América Latina y el Caribe”, el BID enfoca su atención en las pensiones y el envejecimiento regional, emitiendo un llamado de alerta a los responsables de la política pública.
Desafío Demográfico
La ONU estima que América Latina y el Caribe dejarán de ser regiones jóvenes para mediados de la década de 2050, convergiendo hacia bajas tasas de natalidad y mayor longevidad. Este proceso de envejecimiento podría poner en peligro los sistemas de pensiones de la región, según el informe.
El Dilema de las Reformas
El estudio del BID, realizado por Waldo Tapia, Daniel Gamboa, Ekaterina Cuéllar Khmelevskaia y Manuel García-Huitrón, señala que tanto los sistemas de reparto como las pensiones no contributivas amenazan la sostenibilidad financiera del sistema. Por otro lado, los sistemas basados en el ahorro comprometen la suficiencia, con bajas pensiones y una tasa de reemplazo promedio del 40%.
Reformas Imprescindibles para el Futuro
El BID insta a abordar este desafío mediante reformas continuas y dinámicas, más que como eventos únicos cada década. A finales de 2020, el Congreso aprobó una propuesta de reforma en México, reduciendo las semanas de cotización y aumentando las aportaciones patronales.
Recomendaciones Clave
El informe destaca la necesidad de ampliar la cobertura de los beneficios pensionarios, especialmente para trabajadores independientes y rurales. Actualmente, solo el 40% de las personas mayores de 65 años recibe una pensión contributiva debido a la alta informalidad en la región.
La participación femenina se destaca como crucial para aumentar la cobertura y aliviar el impacto del cambio demográfico en los sistemas de pensiones. Además, se aboga por mejorar la capacidad de inversión y aprovechar la transformación digital para fortalecer los sistemas de pensiones.
En resumen, enfrentar el cambio demográfico y construir sistemas de pensiones sostenibles requiere un paquete coordinado de reformas que trascienda el diseño actual de estos sistemas, concluye el BID en su informe.
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