Arqueólogos del Instituto Provincial de Reliquias Culturales y Arqueología de Heilongjiang, China, han realizado un importante hallazgo en la ciudad de Anda, al noreste del país. Según informó el periódico South China Morning Post, se ha descubierto un laboratorio subterráneo que, se cree, fue utilizado durante la Segunda Guerra Mundial por científicos japoneses de la Unidad 731 del Ejército Imperial.
La Unidad 731, creada en 1936 por el microbiólogo japonés Shiro Ishii, llevó a cabo investigaciones de guerra química y biológica en China durante la ocupación japonesa. Estos experimentos consistieron en la inoculación deliberada de agentes patógenos en ciudadanos chinos y prisioneros de guerra, así como en la exposición a bombas bacterianas diseñadas para transmitir enfermedades a través de la piel.
Se estima que alrededor de 3.000 personas fueron utilizadas como sujetos de prueba, y más de 300.000 personas murieron en China debido a las armas biológicas japonesas, que incluían la propagación de la peste bubónica, el ántrax, el cólera y la fiebre tifoidea.
El descubrimiento del complejo subterráneo en Anda se llevó a cabo mediante técnicas como la prospección geofísica, la perforación y la excavación. Los investigadores han encontrado una estructura parcial en forma de U, que mide 33 metros de largo y 21 metros de ancho, con cámaras interconectadas y varios túneles. Aunque aún no han ingresado al complejo, se cree que podría albergar laboratorios, salas de observación y disección, celdas de detención, cuarteles, pozos y baños.
Este descubrimiento arqueológico podría proporcionar nuevas pruebas sobre los crímenes de guerra cometidos por Japón durante ese período. El equipo de arqueólogos continuará excavando en el lugar para recopilar más información sobre las diferentes áreas del complejo y su función.
Después de la rendición del Imperio japonés en 1945, el Gobierno de Estados Unidos ocultó evidencia de los experimentos y otorgó inmunidad a muchos de los miembros de la Unidad 731, incluido Shiro Ishii, a cambio de obtener información sobre sus investigaciones. Ishii incluso fue autorizado a seguir realizando experimentos médicos en Japón después del final de la guerra.
Se ha confirmado que gran parte de la información recopilada durante los ensayos de la Unidad 731 fue trasladada al Fuerte Detrick, en Maryland, donde Estados Unidos llevó a cabo su propio programa de armas biológicas desde 1943 hasta 1969.